El tiempo es un bien muy valorado en el trabajo de la chacra. Por la mano de obra que es familiar y siempre es escasa; y por la necesidad de cumplir con una oferta constante con el cliente. Es en este contexto que 700 mil plantines producidos Biofábrica llegaron a las manos de productores durante 2020.
El acceso a plantines hortícolas significa un cambio en la lógica de trabajo de agricultores que por lo general comercializan su diversificada producción en las Ferias Francas. Es el caso de Ramona Espínola, productora junto a su familia en Salto Encantado. Ella cuenta que llevan sus productos “los miércoles a la Feria y también hacemos el servicio de deliveri” a los clientes que lo solicitan.
Sobre las ventajas de las bandejas con verduras Ramona enumeró, “uno que ya están listas. Es solo llevar a la tierra y plantar, si tenés que hacer desde cero, tarda más”. Ese período en que las plantas están creciendo en los viveros de Biofábrica la productora “ahorra tiempo para hacer otra cosa. No estar arriba de la mudita cuidando, regando, y por ahí no viene. Y si no tenés la plantita no hay para vender tampoco” aseguró Ramona.
Por otro lado se encuentra el factor del riesgo que corre el productor al invertir en semillas que no siempre poseen el poder germinativo necesario. Muchas veces pasa que “comprás, y tenés la mala suerte que no nace porque es vieja. Perdés el tiempo”, aseguró sobre la posibilidad de que el producto no salga al mercado en el momento requerido.
El otro factor de riesgo se da en el proceso, pues es habitual que el productor siembre y luego deba trasplantar a raíz libre. En este sentido Ramona explicó que “corrés el riesgo que se te muera y estos ya están en macetita, que más podés pedir”.
Con respecto al control sanitario Espínola aclaró que “no necesita ningún tipo de fungicida, nosotros no le ponemos nada”, en referencia al uso de agroquímicos. Una vez que llegan los plantines desde Biofábrica y son llevados a los canteros “le ponemos abono orgánico, de las ponedoras, a veces abono del té. Nosotros no le ponemos nada, no hace falta”, destacó la feriante.
Con el fin de aportar a la producción sustentable en Biofábrica se realizan ensayos en hortalizas con bioinsumos, a base del hongo benéfico Trichoderma, con el objetivo de analizar los resultados en el crecimiento de las plantas minimizando el uso de otros insumos de control de plagas y enfermedades.
Ramona Espínola vive junto a su familia en la chacra ubicada en Cerro Moreno, municipio de Salto Encantado donde tienen una producción diversificada de hortalizas, cría de gallinas ponedoras que logró desarrollar con aportes y asesoramiento del Sindicato de Amas de Casa (SACRA). Además elaboran alimentos que comercializan envasados, panificados. También cuentan con un servicio de catering para eventos y reuniones sociales. El trabajo es de toda la familia, pués ella cuenta orgullosa que su hijo volvió a trabajar en la chacra luego de culminar sus estudios.
Recuerda que antes de diversificar,”20 años atrás plantaba tabaco y nunca pudimos sacar la nariz del pozo. Entonces nos decidimos hacer algo más, porque si no, teníamos que abandonar la chacra” finalizó.